La sensación de encierro, la sobreinformación y la adaptación al «home office» son algunos de los factores que atentan contra el bienestar mental. Todos ellos pueden ser enfrentados con sencillos cambios de hábitos.

Permanecer en casa es, en los tiempos que corren, un sinónimo de estar a salvo, de cuidar de uno y cuidar del otro. Para muchos, grandes y chicos, la comodidad del hogar puede resultar placentera y ser aprovechada para descansar y ponerse al día en asuntos pendientes. Sin embargo, las personas menos sedentarias pueden verse afectadas por el encierro y sufrir malestar psicológico. Afortunadamente, la situación puede ser sobrellevada con simples acciones.
La psicóloga Elena San Martín creó un breve instructivo con “consejos psicológicos para periodos largos dentro de casa”. En el documento, la también educadora social recomendó mantenerse activo durante el aislamiento y planificar una rutina diaria. Para ello, es esencial no solo definir tareas y actividades, sino también establecer horarios fijos para cada una de ellas.
Como complemento de lo anterior, la especialista planteó que es necesario “limitar el tiempo que pasamos conectados a la tecnología”. En definitiva, debemos “buscar actividades manuales y formas de pasar el tiempo separados de las pantallas”, sugirió. No obstante, reconoció que los dispositivos móviles nos permiten mantenernos unidos a nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo.
Por otra parte, San Martín reparó en la importancia de evitar la sobreinformación, ya que puede generar una gran ansiedad. Por tal motivo, aconsejó no dejar la televisión permanentemente encendida y consultar las noticias solo en un momento concreto del día elegido con antelación. Su colega José Antonio Luengo advirtió en una entrevista que el consumo excesivo de los medios “provoca una sobreexcitación que no es buena”.
La psicóloga también reflexionó sobre el malestar que genera el aislamiento en las personas. “Debemos centrarnos cognitivamente no en que no nos dejan salir, sino en que, gracias a nuestro sacrificio personal, estamos haciendo un bien a los demás y la sociedad”, recomendó. En esta misma línea, remarcó que todos deben pensar en que están “haciendo algo que es esencial para el bien común”.
“Los niños deben comprender por qué no debemos salir de casa”, planteó San Martín. En otras palabras, deben entender que el aislamiento no nace por miedo al contagio, sino para proteger a las personas de salud frágil. Sus padres deben “hacerles entender que estamos haciendo un acto lleno de valor y sentido trascendente”, remarcó la educadora social.
A fin de facilitar la convivencia en el hogar, la especialista aconsejó “tomar conciencia de las dificultades que pueden suponer estos días a nivel psicológico”. En este sentido, consideró que todos los habitantes de la casa deben realizar un “acuerdo de paz” para colaborar y apoyarse mutuamente, y esforzarse por hacerles “la vida más llevadera a los demás durante este tiempo”.
Consejos para un home office productivo y sano
  • Conservá la rutina que mantenías cuando trabajabas fuera de casa. Despertate y desayuná en el mismo horario de siempre. Una de las claves para empezar correctamente la jornada laboral es dejar el pijama de lado y vestirse.
  • No trabajes en tu habitación. Escogé un lugar para montar tu nueva “oficina”. Recordá conservar el espacio lo más limpio y ordenado posible.
  • Mantené un contacto fluido con tus compañeros de trabajo. Si bien WhatsApp es una herramienta que les permite mantenerse comunicados de manera rápida y sencilla, también es una vía de comunicación informal. Por eso, las mejores alternativas son el mail y las llamadas.
  • Realizá una videoconferencia con el resto de tus compañeros de equipo al menos una vez a la semana. Esta es una buena alternativa para reemplazar las reuniones de trabajo presenciales. Aprovechá esta oportunidad para ponerte al corriente de las necesidades y los avances de tus colaboradores.
  • No permanezcas mucho tiempo sentado. Intentá intercalar el trabajo con alguna actividad que implique movimiento. Levantate de la silla de tanto en tanto para estirar las piernas.
  • Respetá tus tiempos de ocio. En algún momento del día, el trabajo debe llegar a su fin para que puedas dedicarte a otras actividades y compartir tiempo de calidad con tu familia.