El Conde de Dalvian es el personaje más representativo y esperado por todas las familias de Dalvian cada 31 de octubre. Porque Halloween se festeja en cada rincón de nuestro conjunto residencial y el conde aparece para regalar sorpresas y diversión a los niños del barrio.

Pero, ¿quién es el Conde de Dalvian? Se trata de Mario Crespo, un vecino que desde la década del ’90 viene fomentando, primero en su entorno familiar y después en su comunidad, la tradicional celebración en vísperas del Día de Todos los Santos.

Crespo vive en Dalvian desde febrero de 1992, y nos cuenta que “tanto la idea de Halloween como de adornar las casas para Navidad las traje de mis viajes por trabajo que hacía en las décadas de los ‘80 y ‘90 a Estados Unidos”. Y así fue como Dalvian incorporó esta tradición, siendo el primer complejo residencial privado en hacerlo en Mendoza.

En particular, el día de Halloween se destaca en el barrio, ha tenido un crecimiento exponencial con cientos de familias que planifican, crean y decoran sus hogares para recibir la festividad. Los diseños impactan por su originalidad y belleza, en un período de montaje que puede llevar hasta un mes, así como los niños se unen en “pandillas” para salir disfrazados a las calles a pedir “Dulce o Truco”.

En este marco, la administración de Dalvian realiza concursos a las mejores casas decoradas y entrega golosinas por doquier a los más pequeños del barrio. El punto de encuentro para cada 31 de octubre por la tarde es, por supuesto, la casa del Conde de Dalvian.

“El personaje fue dándose de a poco, primero los colmillos y de pronto, creo que fue 1996 cuando visitamos con mis hijos la casa del terror en el Downtown de Orlando, ahí había una tienda con infinidad de elementos para maquillarse y producirse efectos especiales. Ahí nació el Conde como tal”, rememora Mario Crespo, quien se motivó principalmente en sus hijos –y después en sus nietos y el resto de los niños del barrio- para encarnar a este personaje típico de Halloween.

El personaje perdura hasta ahora a pesar de que –según revela Crespo- “algunos años quise hacerlo desaparecer, pero los niños quieren al Conde, quieren sacarse fotos con él y que él les dé caramelos, así que siempre vuelve y sigue firme en Halloween”.

El año que viene, Mario Crespo cumplirá 70 de vida y 30 interpretando al Conde de Dalvian. “Así que espero poder seguir teniendo energías para poder satisfacer a tantos niños que vienen a pedir caramelos”, afirma.

Las anécdotas que nuestro vecino tiene del Conde de Dalvian son innumerables y adorables a la vez, de ahí que confiese que los momentos con este personaje “me dan vida”.

“Cosas como que me digan los chicos que soy el mejor, que vuelven como todos los años para verme, que quieren una selfie conmigo, que soy el que más caramelos reparto, que me aman, que tienen fotos conmigo desde hace cinco años; tenemos charlas entre monstruos y sobre los monstruos; son momentos inolvidables y los abrazos que me dan, impagables”, manifiesta el Conde de Dalvian que en su hogar cada Halloween recibe a los chicos y a sus padres por igual. Porque muchos de los papás lo conocen y admiran desde sus días de infancia.

Para Mario Crespo, ponerse en la piel del Conde de Dalvian cada año es “un cable a tierra” en su rutina y lo que busca es “aportar mi granito de arena para alimentar la fantasía de muchos niños”.