Hace 38 años se recibió en la UNCuyo, buscó su especialidad lejos de las montañas mendocinas, compartió su profesión con su mujer y hoy, con más de tres décadas de trayectoria, el doctor Luis Cicchitti hace un balance de su carrera.
El médico clínico, quien está a cargo de Cerros Salud en Dalvian, demuestra con su relato la pasión que siente por la medicina y revela cómo se dio en él dedicar una vida al servicio de sus pacientes.
“Tengo un gran amor por mi profesión”, confiesa de entrada el doctor Cicchitti y recuerda cuando en 1985 se recibió en la UNCuyo y partió rumbo a Mar del Plata para hacer su especialización. No lo hizo solo, fue junto a su esposa, la doctora Valeria Fausti, que partió, él para especializarse en clínica médica, y ella en cardiología. Después de ocho años viviendo frente al mar, decidieron volver a radicarse en su provincia natal.
Ambos vienen de familias de médicos, con hermanos, tíos, primos, hijo y padre asumiendo la noble tarea de curar.
“Los pilares son mi familia, mi esposa y mis amados hijos”, afirma el médico. Y destaca: “Siempre he tratado de progresar desde un nivel científico acorde a cada realidad, y fundamentalmente en la calidad humana en la atención de mis pacientes”.
Es que para el doctor Luis Cicchitti “los pacientes, más allá de cada patología, necesitan una gran contención, un gran oído y afecto para atravesar sus enfermedades, sean leves, moderadas o muy graves; lo principal es ponerse del otro lado y tratar al otro como nos gustaría que nos traten a nosotros”.
Él, que durante muchos años se dedicó a la emergencia y a la deportología, acaba de celebrar 30 años de carrera en el Hospital Privado de Mendoza, “donde he pasado situaciones de todo tipo y me enorgullece pertenecer a esta institución”, aporta. Y agradece haber tenido “la suerte de poder armar Cerros Salud en Dalvian, con un gran apoyo por parte del directorio”.
Este proyecto que brinda atención médica a toda la comunidad del conjunto residencial y que hace casi un año inauguró una sede en el Paseo de Compras para atender a la población en general, es para Cicchitti un sueño alcanzado. “Logramos crear un centro médico que fue creciendo de a poco, que cubre atención las 24 horas, no solamente en el centro médico sino también en el domicilio”, resalta.
En promedio, el médico clínico y director de Cerros Salud detalla que “hemos hecho en los últimos años unas 1300 consultas” y que con ello “hemos podido solucionar problemas potencialmente gravísimos en pacientes jóvenes, adultos y adultos mayores”.
“Hemos puesto una unidad cardiológica de primerísimo nivel, con checking cardiológico completo que incluye electrocardiograma, ecocardiograma, ergometría, ecografía de vasos de cuello y ecografía de miembros inferiores”, informa sobre este servicio que está a cargo de su esposa, Valeria Fausti, que ha sumado grandes profesionales, así como en el resto de los servicios que ofrece Cerros Salud.
Dermatología, nutrición, psicología infantil y el nuevo servicio de oftalmología forman parte de este centro asistencial exclusivo para las familias residentes de Dalvian. “Pronto se sumarán consultorios de ginecología y de urología, además de un área de kinesiología tan necesario para el barrio”, anticipa el doctor Luis Cicchitti.
Con sus años de experiencia y su reconocimiento médico, el médico confirma que “la prevención es la base de la buena salud”.
Y arriesga una recomendación a quien desee ser médico: “Que esté muy convencido de lo que quiere ser, que por sobre todas las cosas tenga una gran calidad humana, una atención especial para sus pacientes que, más allá del acierto científico necesitan el apoyo humano. Le diría que tenga en claro que es una profesión que implica mucho sacrificio, muchas horas de capacitación y de dedicación a los pacientes para que se recuperen”, reflexiona.
Y, para consolidar su mensaje acerca de la importancia de sostener una profesión tan noble y humana tomando a la familia como sostén, el doctor Cicchitti cuenta orgulloso: “Mi hijo Maximiliano está haciendo la residencia de cirugía general en el hospital Italiano y después hará cirugía plástica. Mi hija mayor, Romina, es una brillante arquitecta y mamá de Bautista, nuestro primer y amado nieto de dos años y nueve meses. Y la más chiquita de la casa, Ariana, pronto también se recibirá de arquitecta”.
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