El espacio fue cubierto por una malla antigranizo, cortavientos y anti-aves que permite extender la producción de los cultivos durante todo el año, sin riesgo a que sean dañados fácilmente.

La huerta del conjunto residencial Dalvian crece y recientemente incorporó mayor protección para sus cultivos. Acaba de instalar una malla antigranizo, cortavientos y anti-aves sobre toda la superficie que le dará un mayor rendimiento a la producción de alimentos que allí se generan para las familias residentes del barrio.

La Huerta surge en octubre de 2018, a partir de la inquietud de Dalvian por brindarle a las familias una actividad compartida que tenga que ver con la producción de alimentos y que se dé en contacto con la naturaleza. “Es una huerta agroecológica”, explica la ingeniera agrónoma Cecilia Echevarría, directora técnica del lugar donde “no se utilizan ningún tipo de productos que puedan ser dañinos ni para el medio ambiente ni para las personas”.

Hay modificaciones constantes en la huerta, en cuanto a su diseño y desarrollo, en base a las necesidades de los propios consumidores. Y es así como, tras una tormenta de granizo ocurrida en otoño de este año y que arruinó toda la producción, este mes se invirtió para colocar sobre los dos mil metros cuadrados de siembra una malla protectora que cubre todos los cultivos.

“Esta malla es un sueño dorado que teníamos ya que nos resuelve un montón de problemas y nos permite tener un trabajo mucho más racional, con mejores resultados”, destaca la ingeniera agrónoma.

La Huerta es un espacio ideal para compartir con los niños del barrio, para que aprendan sobre el desarrollo de las plantas y se alimenten de estas producciones, aportando una forma más de promoción acerca de la importancia del cuidado del medio ambiente.

“El suelo pasó de ser muy pobre a hoy ser un suelo muy orgánico que se fue mejorando con el aporte de materia orgánica, con la producción de nuestro propio compost y nuestro propio humus”, cuenta Cecilia Echevarría. Y refiere a “ese compost y ese humus que se produce con la participación del residente que forma parte del proceso trayendo los residuos desde su casa”.

Otro aspecto fundamental en el desarrollo y crecimiento de La Huerta de Dalvian es la capacitación permanente de su personal. “Hemos aceitado también el sistema de comunicación con el residente, y el sistema de cosecha. El avance, en todo lo referido al trabajo de la tierra, es lento pero aquí se ha avanzado muchísimo. La huerta hoy está óptima para dar más y mejores frutos, eso lo valora el residente, cada vez son más y brindan todo su amor y paciencia para hoy llegar a ver estos resultados”, afirma la encargada del lugar.

Con un marco exclusivo de montaña y entre cerros, en este lugar de Dalvian hay huertos individuales, de ´1,20 por 10 metros; y otros más grandes que son los huertos compartidos. “A través de una cuota mensual que se abona con las expensas, el propietario accede a lo que produce su huerto de 12 metros cuadrados más un proporcional de la producción de los huertos compartidos”, detalla Echevarría.

Y sobre la cosecha en sí, informa: “Se cultiva todo lo que se puede cultivar en otoño-invierno y en primavera-verano, dentro de lo que permiten las condiciones del lugar. Ahora se está cosechando ajo, cebolla, repollo, brócoli, coliflor, habas, arvejas, apio, hinojo. En verano se cosecha todo tipo de tomate, berenjena, pimientos y zapallos”.

Zanahoria, acelga, lechuga, rúcula y las plantas aromáticas como laurel, menta, romero, tomillo o lavanda, es de producción permanente todo el año.

La importancia de contar con una malla de protección, según confirma la ingeniera agrónoma, “es para que la siembra y cosecha se extienda durante todo el año. Este otoño, por ejemplo, cayó granizo y se tuvo que empezar de cero con la producción ya que impactó en todo lo sembrado”.

Armar una cadena donde siempre haya algo cultivado y que la gente visite La Huerta todo el tiempo, es uno de los propósitos de este espacio verde que brinda Dalvian a sus residentes.

Por ello, Cecilia Echevarría refuerza: “Tenemos un sistema de delivery pero no es nuestro objetivo en la huerta proveer como verdulería a las familias, el objetivo es que la gente -y sobre todo los niños y niñas- se interioricen en la producción de alimentos y en las bondades de la agroecología, que se involucren y la lleven a la práctica en la huerta”.