Inflación, dólar y deuda externa acaparan las conversaciones económicas en los días previos a los comicios. La incertidumbre que rodea a cada uno de estos temas se incrementa ante la expectativa de los resultados electorales.

La voz de las PASO resuena en eco. Las urnas no acompañaron al oficialismo nacional en las elecciones primarias y los pronósticos para este 14 de noviembre mantienen a la oposición en la cabecera. Restando aún dos años de mandato del Frente de Todos y frente a un retroceso en el apoyo popular y en el poderío legislativo, ¿cuál es el pronóstico económico para estas elecciones?
En septiembre, Argentina escogió a los candidatos que competirán este fin de semana en las elecciones de medio término por un lugar en el Congreso, las legislaturas provinciales y los concejos deliberantes. Tras los comicios, la inflación escaló un punto con respecto al registro del mes anterior y ascendió de 2,5% a 3,5%. A sabiendas de la existencia del “voto con el bolsillo”, la Casa Rosada activó el popularmente denominado “Plan Platita” para darle un respiro —y, por qué no, incentivo— a la masa electora.
Los analistas estiman que el acumulado anual del costo de vida será superior a 50%, por encima de la expectativa gubernamental. Esta proyección se basa, en parte, en la presión política a nivel monetario y fiscal ejercida en este contexto eleccionario. En otra parte, se sustenta en la interrupción de la tendencia bajista que venía experimentando la inflación, interrupción que se puso de manifiesto en el mes de las PASO. El cambio de comportamiento del índice de precios al consumidor (IPC) podría reafirmarse en noviembre de consolidarse la derrota del oficialismo en las urnas.
A nivel cambiario, la previa electoral se desenvuelve alrededor de un dólar cercano a los $200 en el mercado paralelo. La escalada récord que la divisa blue experimentó días antes de los comicios es un reflejo de la incertidumbre económica que envuelve a la Argentina. Ante este escenario de imprecisiones y con la intención de enfrentar la pérdida del poder adquisitivo, quienes tienen algún dinero extra se vuelcan a adquirir el billete estadounidense. El humor social y político que surja tras el resultado de las elecciones podría contribuir a un nuevo ascenso de la moneda extranjera, especialmente, por la pérdida de respaldo que experimentaría el Frente de Todos si no logra un resultado favorable.
Al panorama económico poselectoral, debe sumarse la negociación de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional. El representante argentino ante el organismo, Sergio Chodos, advirtió recientemente que el plazo máximo para concretar un acuerdo es marzo de 2022. La preocupación es lograr el consenso político en el Congreso nacional, ya que, según dispuso el Gobierno, el Poder Legislativo debe aprobar cualquier movimiento. Si el oficialismo pierde territorio en ambas cámaras, indudablemente, debería apelar al diálogo con los sectores de mayor presencia.
Independientemente del resultado electoral, la Argentina parece no poder liberarse de sus problemas económicos. La situación se agudiza o relaja por momentos, pero pareciera una utopía ingresar al menos en una meseta de tranquilidad. La polarización política y social ha demostrado no ser efectiva para resolver los asuntos que aquejan al país. Quizás el ejercicio de la tolerancia y la convivencia pueda ayudarnos a lograr mayor credibilidad frente a los inversores externos y mayor previsibilidad frente a los mercados internos.