El comercio electrónico brinda la posibilidad de superar las barreras propias del comercio tradicional. Paso a paso, ha demostrado ser el aliado perfecto para la expansión de las pequeñas y medianas empresas.

Una de las mayores enseñanzas de la pandemia fue la importancia de contar con canales de venta y promoción online. Aquellas empresas que habían incursionado en el marketing digital y el e-commerce lograron utilizar su expertise a favor. Más allá de las circunstancias evidentes del contexto actual, el ecosistema digital viene demostrando hace décadas su innegable y más que conveniente— sociedad con el mundo de los negocios.
La notable expansión de los tipos de medios de pago es una de las razones por las cuales ha incrementado la presencia de compradores por Internet. Otro de los motivos por los cuales se ha producido este aumento es la posibilidad de consultar las características de un producto o servicio desde la comodidad y la facilidad que ofrecen los dispositivos móviles. Ambos factores se han unido a otros, como el crecimiento de la población digitalmente alfabetizada, para exponenciar el comercio electrónico.
El e-commerce representa una ventaja competitiva para las pymes, ya que les permite bajar sus costos operativos e incrementar sus oportunidades de venta. Asimismo, les proporciona la posibilidad de brindar una oferta de más amplia y con información detallada. Esto es recibido positivamente por los consumidores, pues pueden establecer comparaciones y encontrar con mayor facilidad productos o servicios complementarios.

Según el BID, solo el 1% de las ventas online que se realizan a través de plataformas como Amazon , eBay o Alibaba corresponden a pymes.

El BID recomienda que las pymes prioricen aquella plataforma de e-commerce que se alinee al plan de negocios, el contexto actual y la visión a futuro. Para firmas de tamaño mediano, se aconseja optar por una plataforma open source, ya sea hospedada en un servidor local o en la nube. Las pequeñas compañías y los emprendimientos pueden inclinarse por plataformas del tipo software como servicio (SaaS, por sus siglas en inglés), e-Marketplaces (por ejemplo, Mercado Libre y Amazon) y redes sociales (por ejemplo, Facebook e Instagram). Todas estas alternativas pueden escogerse en reemplazo de una tienda virtual propia.

En Argentina dos de cada tres pymes ya utilizan alguna herramienta de comercio electrónico, según un estudio elaborado por SAP en 2020. Ese crecimiento se vio reflejado en la facturación online, ya que esta alcanzó un incremento de 124% el año pasado. Así lo indicó el Estudio Anual de Comercio Electrónico de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE). Otro dato alentador sobre el país es que el 90% de los adultos conectados a Internet ya compró online alguna vez.
Los datos expuestos anteriormente demuestran que las empresas argentinas ya iniciaron la transformación digital de sus modelos de negocios. Cada vez son más las plataformas disponibles para ofertar y vender productos y servicios por Internet. Sin embargo, aún existe una brecha por reducir en cuestiones de e-commerce. Basta con asumir el desafío de dar el salto hacia la economía digital.